¿Es gracias a que los padres nos forman a base de mentiras, cuentos y leyendas y desde pequeños nos acostumbran a creer cosas sobrenaturales o extraordinarias?
¿Es tan aburrida la vida, la realidad, como para buscar hechos extraordinarios?
No solo el ser humano es supersticioso, los animales también lo son ya que tienden a buscar conexiones inexistentes entre los diferentes eventos, un ave que aletea sus alas y gira dos veces y por azar del destino recibe comida, tenderá a repetir su baile, creyendo que hay una conexión entre que lo que hizo y lo ocurrió después.
Pero el ser humano va mas allá en su irracionalidad, inventó los amuletos de la buena suerte, causó la muerte de incontables animales como gatos negros, perros negros o cuervos solo porque se cruzó con alguno de ellos en un día que le fue mal; en poco o gran manera todos somos supersticiosos, parece ser natural, parece ser que el ser humano es egoísta por naturaleza y cree que es la causa de todo lo que fluye a su alrededor.
¿Alguna vez deseaste que lloviera para no ir a algún lugar que no querías ir y llovió? ¿Alguna vez pensaste en alguna persona que tenía años que no sabías de ella y te la encontraste en la calle? Algunos hacen rituales para atraer la buena suerte, lo peor de todo es que a algunos otros se les vitorea por usar sus calcetines de la suerte y con ello ser mejores deportistas.
Como el ser humano no podía por siempre manejar todo este tipo de cosas como simples miedos y supersticiones, se le ocurrió hacerlo pseudo-ciencia y llamarlo parapsicología.
Si revisamos las estadísticas en México, podemos darnos cuenta que aquí tiene un gran nicho de mercado de gente crédula que está dispuesta a creer y a comprar, porque a final de cuentas, entre mas se insiste en difundir una idea racional, es por beneficio de alguien o algo.
El 42% de jóvenes creen que puede haber algo de cierto en el horóscopo. (Es decir que la suerte está hecha para
El 33% de los jóvenes creen en la predicción del futuro. (Dale una cachetada a tu adivino y pregúntale si lo vio venir, o simplemente pregúntale por qué no se gana la lotería)
El 35% de los jóvenes creen en la curación magnética de las pulseras de cobre. (Poco falta para que metan la cabeza a un horno de microondas)
El 42% piensa que romper un espejo da mala suerte (¿No sería la mala suerte el romper un espejo y no por romper un espejo?)
El 66% cree en seres extraterrestres inteligentes que nos visitan en platillos voladores (Algunos pseudo-periodistas han hecho fortuna de esa credulidad)
Y un 32% cree que el gobierno nos oculta información sobre esos temas (Pero no creen en un fraude electoral aunque se muestre la absurda gráfica del conteo computacional)
Además:
Las mujeres son un 23% mas crédulas que los hombres (en supersticiones, aclaro)
La credulidad disminuye con la edad y la maduración (Por eso las personas de la tercera edad no son un excelente nicho de mercadotecnia)
Los factores sociales como la clase social u ocupación no influyen en que sean mas, o menos supersticiosos. (Solo hay que recordar que la ministra de sanidad de España, Leire Pajín, usaba una pulsera Power Balance)
Y la estadística mas escalofriante de todas:
Casi el 84% de los mexicanos creen en algún dios o tienen una religión.
Tratando de dejar un poco a un lado el pesimismo, es correcto decir que cada década el índice de crédulos y supersticiosos parece disminuir, pero pro desgracia siempre surge alguna idiología, creencia, superstición o religión que viene a recoger adeptos gustosos e gastar su dinero o de poner su fe en lo que se les predica.
¿Podremos algún día sentirnos orgullosos de ser una raza escéptica y letrada?
Sinceramente no espero otra cosa.
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